[…] Y lo besé, sentí que era la última vez que lo haría. Lo estreche contra mi cuerpo y nuestros labios danzaron al ritmo de nuestros latinos, generando armoniosa melodía de amor, estabamos sintonizados.
Y el era caos, y yo era más que caos.
Turbulencias incorporales que antecedían al rito.
Un beso, místico beso que produce choque de pensamientos, en realidad !¿Qué pensamientos?¡ solo actuamos sin pensar, solo sintiendo. Sintiendo el amor puro de nuestras almas
¡Entrégate!
Conexión de espíritu.
Y él era alegría, y yo era entusiasmo.
El calor se hace presente, la temperatura sube a niveles superiores. Su cuerpo se diluía y mis manos querían tocarlo, sus montes causaban perdición, latidos incontrolados inundaban el lugar. Las sábanas sobre su pecho de acero me dan un día más.
Una y otra vez. Caos, más que caos. Cuerpos unidos en pasión.
Brazos que me acogen, que me buscan para brindarme protección, me hace sentir poderosa, aunque en mi reino seamos solo dos […]